martes, 19 de julio de 2011

ODA A LA AMISTAD



Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma; y uno aprende que el amor no significa acostarse y que una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender...
Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes... y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno aprende.
Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.
Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.
Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás deseando no volver a verla.
Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.
Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.
Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.
Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.
Con el tiempo te das cuenta de que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.
Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.

DOS GOTAS




La mañana despuntó lluviosa. Los grises abundaban por doquier. Era uno de esos días donde la mayoría quiere quedarse en su cama o, por lo menos, en su casa. Chaparrones fuertes empapaban a los obligados transeúntes que salían hacia sus puestos de trabajo. Las calles comenzaban a desbordar. Ya no era solo caminar bajo la lluvia, también había que sortear los grandes charcos de agua que se acumulaban tanto en las veredas como en los cordones de las mismas, lo cual exigía, a más de uno, saltar.


Esquivando todos estos obstáculos, subí al colectivo que me llevaría a mi trabajo. Por suerte, a la hora que lo tomo, se consiguen asientos libres. Mis preferidos son los de atrás, y si es individual mejor.


Luego de colocar mi tarjeta SUBE en el dispositivo que me descontará el importe de mi pasaje, pero no me dará ningún boleto, visualicé dos asientos simples y vacios, justo al fondo. Para allí me dirigí cuando vi que ambos asientos estaban humedecidos con dos gotas de agua. Los que estaban sentados me reojeaban para ver qué haría. Sin dar vueltas, pasé mi mano por el asiento, lo limpié y me senté.


¡Estupor!


Riéndome interiormente, me preparé para ver el mejor espectáculo de estupidez humana y además gratuito: el asiento delante del mío también estaba humedecido por otras dos gotas de agua.


Comenzaba a llenarse el colectivo y todos los que descubrían el asiento en cuestión, se dirigían raudamente hacia el fondo, pero cuando notaban que estaba mojado, frenaban en seco y buscaban otro lugar para sentarse.


Entre estos personajes había uno que lucía un elegante piloto que le llegaba, fácil, a las rodillas. Pues ni él “pudo” sentarse en ese asiento con dos gotas incluidas.


Esto me hizo pensar, es más, casi entro en crisis, sobre la función de un piloto. ¿No es acaso esta vestimenta impermeable? Si la persona sube cuando llueve ¿no está esta prenda, ya, mojada? ¿Qué cortocircuito mental hace que no puedan sentarse allí?


Por suerte, pasada como media hora de viaje, subió un señor enfundado en un sobretodo de, por lo menos, cinco centímetros de espesor y sin pensarlo se sentó.


¡Estupor!... y caras de resignación por haber perdido tan preciado asiento so pena de sufrir las miradas de los demás pasajeros. ¡Cuánto pesa, todavía en algunos, el "qué dirán"!


En los colectivos pasan cosas raras y hoy tuve ganas de contar una de ellas.


Cris

domingo, 17 de julio de 2011

viernes, 15 de julio de 2011

POEMA DE LA AMISTAD



No puedo darte soluciones para todos los problemas de
la vida, ni tengo respuestas para tus dudas o temores,
pero puedo escucharte y compartirlo contigo.
No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro.
Pero cuando me necesites estaré junto a ti.
No puedo evitar que tropieces.
Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes
y no caigas.
Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos.
Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.
No juzgo las decisiones que tomas en la vida.
Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me
lo pides.
No puedo trazarte limites dentro de los cuales debes
actuar, pero si te ofrezco el espacio necesario para
crecer.
No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te
parta el corazón, pero puedo llorar contigo y recoger
los pedazos para armarlo de nuevo.
No puedo decirte quien eres ni quien deberías ser.
Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo.
En estos días oré por ti...
En estos días me puse a recordar a mis amistades mas
preciosas.
Soy una persona feliz: tengo más amigos de lo que
imaginaba.
Eso es lo que ellos me dicen, me lo demuestran.
Es lo que siento por todos ellos.
Veo el brillo en sus ojos, la sonrisa espontánea y la
alegría que sienten al verme.
Y yo también siento paz y alegría cuando los veo y
cuando hablamos, sea en la alegría o sea en la
serenidad, en estos días pensé en mis amigos y amigas,
entre ellos, apareciste tú.
No estabas arriba, ni abajo ni en medio.
No encabezabas ni concluías la lista.
No eras el numero uno ni el numero final.
Lo que se es que te destacabas por alguna cualidad que
transmitías y con la cual desde hace tiempo se
ennoblece mi vida.
Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero, el
segundo o el tercero de tu lista.
Basta que me quieras como amigo.
Entonces entendí que realmente somos amigos.
Hice lo que todo amigo:
Oré... y le agradecí a Dios por ti.

Gracias por ser mi amigo.

jueves, 14 de julio de 2011

¡¡¡GRACIAS FACUNDO!!!




Cuántas palabras para decir. Tantas que se sintetizan en un gran silencio. Silencio de profunda gratitud por su paso por esta vida. Admiración, dolor ante su muerte y paz porque sé que él estaba más que preparado para su encuentro con el Señor.


Y ahora está disfrutando de su Presencia, junto a sus seres queridos. Nosotros, desde aquí, te recordamos y te seguimos escuchando porque tenemos mucho que aprender de vos.


Gracias Facundo. Tu Vida es Luz y Camino para mí.


Me quedo con esta frase tuya sobre la muerte:


"No perdiste a nadie, el que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón".


Cris

jueves, 7 de julio de 2011

FELICIDAD: CAMINO SINUOSO




El camino a la felicidad no es recto.
Existen curvas llamadas EQUIVOCACIONES,
existen semáforos llamados AMIGOS,
luces de precaución llamadas FAMILIA,
y todo se logra si tienes:
Una llanta de repuesto llamada DECISIÓN,
un potente motor llamado AMOR,
un buen seguro llamado FE,
abundante combustible llamado PACIENCIA,
pero sobre todo un experto conductor llamado
DIOS.