Señor Dios, Padre de los humildes de corazón.
Concédeme ser simple como el mate.
Dame un corazón pobre... Que comparta... Que comprenda y ame...
Un corazón al alcance de todos, un corazón sencillo como el mate.
Señor, que mi corazón esté siempre vacío, siempre con ganas de aprender, corazón de calabaza que sabe y conoce su pobreza, corazón de mate que acompaña las veladas nocturnas, los fogones de los jóvenes y sus búsquedas.
Señor, haceme una de esas personas que cuestionan, que ayuda a los otros a descubrir contemplativamente la realidad y a comprometerse con ella... hacéme, más que promotor, testigo... así, como el mate que acompaña la historia de nuestro pueblo.
Señor, que yo acompañe discretamente la vida de la comunidad que al final del camino, cuando vos me llames, te pueda presentar mis manos vacías y un corazón lleno de nombres, los nombres de la comunidad que vos me has dado.
Amén
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