Cuando la muerte entra en nuestras casas, ya sea de un familiar o de un amigo, todo se sacude. Esperada o imprevista, siempre nos golpea con la fuerza de un huracán, con la furia de una catástrofe. Ante ella nos sentimos chiquitos, diminutos, frágiles.
Y así somos los seres humanos: frágiles. A veces nos creemos super hombres y/o mujeres, pero no, no lo somos. Nos preocupamos de cosas que no tienen el mínimo valor y que no merecen ni que le dediquemos tiempo.
Para mí este es un aprendizaje esencial en la vida. Saber discernir lo importante de lo que no lo es, lo sublime de lo superficial.
Cada vez más me convenzo de qué solo el amor nos salva, es decir, qué solo el amor es lo que vale, es lo que importa. Que en el Amor nos encontramos y nos reconocemos.
SOMOS LO QUE AMAMOS!
Quiero también compartir mi reflexión de tantos años sobre la muerte. Soy una persona de Fe. desde esta perspectiva hablo, respetando a cada uno de Uds, en sus creencias, en sus formas de pensar. Solo quiero compartirles lo que nace de mi corazón en estos días tan tristes. Me mueve hacerlo tener la ilusión de que si a alguien le sirve, lo tome.
Creo en que la vida es eterna, que cuando nos morimos, en realidad NACEMOS A UNA VIDA NUEVA, distinta, para nosotros todavía MISTERIOSA, no porque sea oculta, sino porque nuestra capacidad no llega a comprenderla. Como decía Maritain, misteriosa para el ser humano porque es como la luz: tanta luz nos enceguece, se nos cierran los ojos, tanta claridad nuestros ojos no la pueden abarcar, pero es eso : pura LUZ. Eso es el MISTERIO. Algún día lo que no comprendemos hoy lo podremos comprender mañana.
Me quedó muy grabado un ejemplo que me dio una amiga para entender en términos humanos a Dios. Cuando una madre lleva a su hijo a vacunar, ese niño llora y ve a su madre como alguien que le está haciendo sufrir. Alguien que "debería ser buena y en ese momento es mala" porque le está provocando el dolor de un pinchazo; sin embargo la madre lo está vacunando para que no se enferme, algo que el niño no tiene en ese momento capacidad para ver, para darse cuenta. Analogamente nos pasa esto con Dios. Hay cosas que hoy no entendemos, pero que tienen un PARA QUE en nuestras vidas.
También quiero compartir algo que alguna vez un cura me dijo y me hizo muy bien: la vida para Dios es PLENA, COMPLETA, dure lo que dure. Nosotros nos movemos en una línea de tiempo, los tiempos de Dios son otros. Lo que para nosotros es poco (y lo es), para Dios es distinto. Toda vida, así haya sido de un minuto, 14 años u 80 es PLENA!
Podría seguir, tengo muchas cosas para compartir. Quizás en otro momento. Solo quiero que sepas que te ofrezco mi corazón si te puedo ayudar. Allí estaré. Contá conmigo.
Cris
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